En el marco del 46 aniversario del Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, Rosario Murillo reiteró el llamado a una “vigilancia constante” sobre la población nicaragüense, reforzando las declaraciones previas de Daniel Ortega, quien instó a estar atentos ante lo que calificó como “sobrados y metiches que acechan todo el tiempo”.
Durante su alocución vespertina del 21 de julio de 2025, Murillo destacó: “Vigilantes siempre, una misión de servicio a la Patria”, en referencia directa a los mecanismos de observación implementados desde el cogobierno Ortega-Murillo. Estas declaraciones coinciden con la actividad de agrupaciones juveniles alineadas al oficialismo que promueven la supervisión social como estrategia para preservar lo que denominan “la paz y estabilidad de la revolución”.
El énfasis en la vigilancia, ahora declarado abiertamente, marca un punto de inflexión en el discurso oficial. Hasta hace poco, estas prácticas eran objeto de denuncia por parte de sectores opositores, sin que el gobierno las confirmara públicamente. La actual narrativa representa una preocupación para ciudadanos críticos al régimen, así como para simpatizantes que, aún sin disentir, podrían ser igualmente objeto de monitoreo.
El impacto político de este mensaje continúa generando reacciones dentro y fuera del país, particularmente por lo que representa para el ejercicio de libertades individuales y el ambiente de participación ciudadana en Nicaragua.